martes, 15 de febrero de 2011

15 febrero


Ando como el tiempo, gris y lluviosa...y tras el cristal,  un mundo con el que no me apetece interactuar. Me quedaría aquí, observando e imaginando, imaginar...se me da, no del todo mal.

Imagino que a Didi no le duele el alma y la tranquilidad que otorga el haber dado amor y cariño infinitos, le devuelve el entusiasmo y la sonrisa que le son propias...pero rápido.

De Lerele imagino que jamás sus lágrimas debieran  empañar el objetivo... ni su meta, porque su sonrisa es sustento para muchos, incluso para mi. Imagino que no se entristece la mirada de quien es capaz de tener ocurrencias con cualquier cosa, y a quien sus hijas no pueden querer más, porque es imposible. Imagino que jamás conseguiré el temple y la serenidad ante las adversidades de la hermana pequeña de papá, la que calienta el alma con un abrazo, la que tranquiliza con la mirada y otorga paz con su sonrisa...esa que es de cristal.

Y es que hoy quiero imaginar que caminamos bajo la lluvia, sin paraguas y sin mojarnos, que los charcos no calan en nuestros pies  helados, y que mañana volverá a salir el sol y junto con él, las ganas de seguir sonriendo.