"Todavía me invade el aroma a calabaza y manzanas asadas de las tardes de otoño en la memoria, así como el recuerdo de su cabeza nublada, cubierta de una cima de algodón y aquella mirada inocente...perdida, que le dibujaba la morfina. He buscado innumerables recursos para olvidar su sufrimiento, pero han devenido inútiles, al igual que mis intentos por encontrar al abuelo en el cementerio y depositarla junto a él. Finalmente, he caminado hasta el puente donde ustedes se comprometieron y he lanzado sus cenizas. Abuela, solo una cosa...si puede hablar con él, dígale que conseguí, tras mucho empeño, encontrar su cuerpo en la cuneta de aquella carretera cercana a la iglesia y, ante todo, dígale, que me hubiese gustado conocerle."