Esta semana no le va peor a una porque no se entrena, lo que no se descarta a los efectos de aparecer en los periódicos y que a una la conozcan por algo y lo peor de todo es que...¡todavía es martes!
Llevo con resignación y cierta clase el metro sesenta, el no llevar tacones porque me duelen soberanamente los pies, este cuerpo que se le queda a una después de los partos, el tener una autoestima que se asemeja a una montaña rusa y el estreñimiento...pero lo de una condena en costas en el palmarés, con pérdida que sobreminuta incluida y con ella, todo lo planeado...eso a una, la deja literalmente "hecha una cataplasma".
Hoy mismo he andado por el "hall" de los Juzgados y mi apariencia se asemejaba más a una judía errante que a la Any McBeal de costumbre, mientras, el contrario me observaba y ni por asomo era capaz de adivinar lo que yo andaba maquinando. Se me han ocurrido millones de cosas para evitar el enfrentamiento verbal, entre otras excentricidades, dejarlo inconsciente y arrastrarlo hasta el baño para encerrarlo, pero el pestillo quedaba en el interior y el Guardia Civil no me quitaba ojo, otra como fingir un desmayo...pero no me veía capaz de aguantar el ataque risa, y entre tanto pensamiento... me han reclamado en la Sala, a la que he entrado hiperventilando y rezando para que le diera un vahído a cualquiera de los que allí dentro estaban. Al final, no ha llegado la sangre al río, y sin desvanecimientos ni violencias de ningún tipo, he salido airosa con esa sobredosis de adrenalina que me da la pelea judicial y que me arrastra a seguir estando a la greña con cualquiera que se me ponga por delante...aunque tenga que llegar para ello, a la segunda instancia.
Mirándolo bien, igual no ha sido el desastre tan catastrófico.
Llevo con resignación y cierta clase el metro sesenta, el no llevar tacones porque me duelen soberanamente los pies, este cuerpo que se le queda a una después de los partos, el tener una autoestima que se asemeja a una montaña rusa y el estreñimiento...pero lo de una condena en costas en el palmarés, con pérdida que sobreminuta incluida y con ella, todo lo planeado...eso a una, la deja literalmente "hecha una cataplasma".
Hoy mismo he andado por el "hall" de los Juzgados y mi apariencia se asemejaba más a una judía errante que a la Any McBeal de costumbre, mientras, el contrario me observaba y ni por asomo era capaz de adivinar lo que yo andaba maquinando. Se me han ocurrido millones de cosas para evitar el enfrentamiento verbal, entre otras excentricidades, dejarlo inconsciente y arrastrarlo hasta el baño para encerrarlo, pero el pestillo quedaba en el interior y el Guardia Civil no me quitaba ojo, otra como fingir un desmayo...pero no me veía capaz de aguantar el ataque risa, y entre tanto pensamiento... me han reclamado en la Sala, a la que he entrado hiperventilando y rezando para que le diera un vahído a cualquiera de los que allí dentro estaban. Al final, no ha llegado la sangre al río, y sin desvanecimientos ni violencias de ningún tipo, he salido airosa con esa sobredosis de adrenalina que me da la pelea judicial y que me arrastra a seguir estando a la greña con cualquiera que se me ponga por delante...aunque tenga que llegar para ello, a la segunda instancia.
Mirándolo bien, igual no ha sido el desastre tan catastrófico.