lunes, 26 de julio de 2010

maldita monogamia


Si hubieses venido a buscarme sobre las 17 del viernes, te hubiese llevado conmigo. Tantas veces lo habíamos soñado, que al llegar a la Suite del Camps Elysées Plaza, hubiésemos descorchado la Veuve Clicquot y tras comernos los Godiva, hubieras pasado a comerme hasta dejarme sin aliento. Un enorme hall con sofás recios en tonos grises rallados y unas cortinas doradas con brocados que dan paso a dos enormes balcones, nos hubiesen dejado admirar la calle D´Artois. Escogí la habitación perfecta...y las sábanas ultra blancas, con olor a jazmín verde, se hubiesen tornado con tu aroma, más y más irresistibles.


Te hubiese llevado a cenar la primera noche al servicio Premier del Bateaux, una noche mágica donde lo más especial sin duda, hubiese sido, cuando tu mirada al desviarse hacia mi escote hubiera provocado el derrame del Saint Estèphe. ¿Recuerdas? Llevaba puesto el vestido azul de topos que tanto te gusta. A la llegada al hotel te habrías marchado al baño y en la penumbra hubiera perjurado, que jamás volvería allí sin tí.



El sábado al amanecer, me hubieras susurado para despertarme "Let de sky fall" , porque sabes que me encanta, mientras besando mi espalda, hubieras perdido tu mano izquierda entre mis nalgas, a penas cubiertas por un tanga con encaje. La Basílica de Sacré Coeur, en Montmartre, hubiese esperado a que llegáramos tras el Café de Flore y el retrato que te hubiese mandado hacer en Place de Tertre. Tras una ensalada en una Braserie, hubiésemos paseado por las antigüedades Egipcias del Louvre, acabando ambos, en la toilette, conteniendo la respiración agitada.




Agotada, a última hora de la tarde y como siempre, lamentándome de haber caminado y gastado más de lo debido en Foubourg Saint-Honoré, me hubieras hecho tu inagotable sesión de fotografías en el monumento emblema y hubiéramos vuelto al Hotel donde, esperando a que salieras de la ducha me hubiese quedado dormida sobre la cama, soñando regresar allí... contigo.






martes, 20 de julio de 2010

HOY NO HAY NADIE

Está ocurriendo algo extraño esta tarde. Estoy completamente sola. No han estado los niños en casa desde bien pronto y "mon mari" ha desaparecido a primera hora de la tarde. Cuando he pensado en subir a Mario he recordado que los Martes por la tarde él tampoco está disponible. He disfrutado un rato en la piscina y al bajar al despacho...voilé! tampoco había nadie. Al telefonear a mamá se ha conectado el buzón de voz y el correo está completamente vacío.

En mi empeño de encontrar a alguien conocido, he bajado a tomar un café a la cafetería de abajo y, está cerrada hasta las 7. No sé, igual hay un complot organizado para hacerme sentir "la nada" esta tarde, o, por qué no, quizá estén todos esperando en mi casa con el propósito de sorprenderme con una fiesta que se alargará hasta bien entrada la madrugada, donde habrán canapés de mil maneras y miles de botellas de Moët estarán colocadas estratégicamente por la casa en cubos de aluminio llenos de hielo, para que en ningún momento se me vacíe la copa por completo. Estarán todos, todos los que me hacen reír y lereleré se encargará con su cámara y su sensibilidad, de inmortalizar los mejores momentos de la noche y de que los mismos se publiquen en papel couché.

Pero... ¿y si me he muerto ahogada en la piscina y por eso no puedo contactar con nadie? En fin, me voy del despacho que me está entrando la neurosis.





martes, 13 de julio de 2010

LAS PREFERENCIAS DE MARIELA


Me gusta andar descalza por la casa, las sábanas blancas, "A mi aire" de Loewe, el ron caramelo, Anatomía de Grey, el aroma a mar, la picea azúl, Leonard Cohen, el café corto con sacarina, las risas de mis hijos, el humor de Mario, sus camisas a cuadros, el jamón de Joselito, comprarme zapatos, que me hagan cosquillas, los baños de espuma, el olor de Farengeit 32 de Dior en su piel, los desayunos con mamá, las orquídeas, Pasión Vega, la Nutella, el sexo aliñado con alcohol, el sonido de la lluvia, encontrar conchas en la playa, el Vernel azul, Orgullo y Prejuicio, sumergirme en la piscina desnuda, que me roben sonrisas, las tardes con Rebeca, los gatos, el cava brut, las cenas de los viernes, el cariño de Patri, los panquemaos de la abuela, comprar en el mercado central, los ratos con Jeny, los bolsos de CH, los pijamas de algodón, los sujetadores de encaje, las películas subidas de tono, saber que si te busco te encuentro, los vestidos de firma, la Coca Cola Light, recibir tus e-mails, observar como te pones el pijama cada noche, comer en El Peñalen, cenar en la terraza, las vajillas cuadradas, ver fotos viejas, las compresas sin alas, pintarme las uñas de los pies de rosa nacarado, escribir en un folio en blanco, las perlas australianas, la GHD, Florencia, la Fira, los snaks chinos, recordar nuestra primera vez, los acuerdos extrajudiciales, almorzar en casa la Tía Ana y con Marcela en el Lizardi, las claras con gaseosa, leer la Hola y las tormentas nocturnas.
Para que luego digan que soy complicada.






martes, 6 de julio de 2010

FIN DE SEMANA EN EL MAR

Fin de semana distinto, aderezado por salitre, arena y protector solar con aroma a coco, como el que siempre usaba mamá, consiguieron hacerme olvidar la mirada perdida de la marroquina que descubrió que tras su denuncia se derrumbaba toda su vida, todo, por no querer seguir aguantando los continuos abusos y mamporros que le regalaba su esposo después de regresar del trabajo e irónicamente... de sus rezos diarios.


Fin de semana donde los niños han disfrutado tanto, que la nena me comunicó muy apenada, cuando ya nos marchábamos, su decisión unilateral de quedarse a vivir en la casa de la playa, donde las paredes desconchadas, echan de menos al patriarca y las cortinas susurran, calladas, todos los secretos que han presenciado durante más tiempo del que hubieran podido imaginar.

Fin de semana helado, a pesar de las altas temperaturas, porque sus labios no acariciaron mis pezones, quizá por falta de intimidad o por mis deshoras justificadas. Le he echado de menos teniéndole cerca y... odio esa sensación.

Fin de semana que finalizó con una caminata de hora y cuarto, donde gratamente descubrí que la mirada nostálgica y entrañable de la anciana de cabellos de plata que se sienta en el banco verde de la avenida, sigue buscando , como cada noche de verano, encontrarse con mis ojos para regalarme una sonrisa...un honor saludarla de nuevo.

SENTIMIENTOS REPRIMIDOS



Autodidacta, rígido, incrédulo y lascivo, hoy todos los valores han quedado sepultados por 100.000 mentiras que han provocado tanto daño que hace tiempo que deje de sangrar.

Agradecer... nada, y esperar para verle solo, es lo único que queda, pues el tiempo que nos ha arrebatado junto con nuestra autoestima no le va a salir de gorra . Ahora ya no compensa y los comentarios son forzados desde el principio o aquelarres a sus espaldas.

El tiempo está empezando a poner todo en su lugar y desde el odio digo, aunque les joda tanta indiferencia, que ya no siento dolor.