domingo, 4 de septiembre de 2011

el último verano de 34 (a Rebeca)

Nada tiene que ver este último con aquellos veranos interminables de niños corriendo por el huerto para encontrarnos, de gritos comunicativos, de miradas con complicidad, de Manolo matando dragones nocturnos con escopeta de balines, de chapuzones eternos con cuerpos arrugados incluidos, de la recogida de la algarroba con sacos de rafia, meriendas de Nocilla y frío de flash y risas.

Ahora la balsa ya es piscina, los huertos están estériles, nos comunicamos casi en silencio a través del móvil, en ocasiones entro y salgo del agua tan rápido que apenas consigo mojarme, las algarrobas se pierden entre los hierbajos, paso por el pasillo del supermercado donde está la Nocilla, apresurada y con los ojos cerrados, y he prohibido a mis hijos comer flash...mejor algo que alimente. 

Manolo hace tiempo que masilló los agujeros de las paredes y las repintó...Pero, lo que sigue igual, son nuestras miradas de complicidad para escoger cuidadosamente la ropa de nuestros hijos (antes muñecos)  y nuestras risas, ahora aderezadas de tabaco rubio y vino blanco. Un placer seguir compartiendo contigo... tardes de verano.





2 comentarios:

Carlos Zarzalejo dijo...

WoW qué bonita sorpresa encontrar este blog. Me encanta.

Maik Pimienta dijo...

Miguel te sigue visitando. Me encannnnnnnnnnnta la nocilla. Besos.