
Te recuerdo una vez, no se que edad tendrías pero marchabas con unas amigas por la plaza del Pla cuando de repente diste un salto y te colgaste de una rama balanceando tus pies atrás y adelante como un tentetieso del revés hasta que de repente...zas...saltaste hacia delante y al verme mirandote...bajaste la mirada y te sonrojaste. Siempre te sonrojas cuando haces algo de lo que cualquier persona estaría orgullosa de hacer. Déjame que te aconseje... siéntete orgullosa de cada cosa que hagas hasta el punto de comprarte un megáfono y dejarnos a todos sordos.
Cada triunfo que has tenido en la vida lo has conseguido tu sola, sin apenas hacer ruido, en cambio, las "ruidosas forever" siempre estamos armando sarao, culpando a los demás de lo que no somos capaces de hacer y desviando la atención de la meta que queremos conseguir.
Eres guapa, ingeniera, tienes una sonrisa fluorada que ya quisieramos muchas y una luz en la mirada que me hace olvidar a menudo que tu también necesitas un abrazo, pero de los de verdad, de los que no te he dado nunca...como los de mamá. Sé que ahora te encuentras perdida y cuando llega la hora de la rutina tienes ganas de morir, pero no te preocupes, todo esto pasará... y dentro de un tiempo, cuando seas una profesora a la que los alumnos respeten, tengas a tu lado un hombre que te quiera de verdad (porque lo vas a tener) y una silla de diseño en el recibidor de tu casa, te darás cuenta de que todo eso no te aportará nada nuevo...porque lo que hará especial a todo lo que te rodee... seguirás siendo tu.